Mejore su juego de fitness: cómo las pruebas de ADN pueden mejorar su entrenamiento
A medida que los kits de pruebas genéticas caseras se vuelven cada vez más populares, ha surgido un mercado floreciente para pruebas que pretenden ofrecer información sobre el talento atlético, la predisposición a las lesiones, las necesidades nutricionales y los métodos de entrenamiento ideales. Para 2030, se prevé que el mercado mundial de pruebas genéticas directas al consumidor alcance los 8.800 millones de dólares, frente a sólo 1.900 millones de dólares en 2023, según un análisis de la industria. Actualmente, alrededor de 70 empresas venden pruebas dirigidas específicamente al fitness y al rendimiento deportivo.
Los defensores argumentan que estas pruebas pueden ayudar a adaptar y optimizar los entrenamientos si, por ejemplo, la genética de alguien indica que tiene fibras musculares de contracción rápida propicias para carreras de velocidad versus actividades de resistencia. La orientación podría incluir recomendar el levantamiento de pesas en lugar de altas repeticiones para el crecimiento muscular. Algunas organizaciones deportivas ya utilizan el cribado genético en programas de identificación de talentos.
Sin embargo, los críticos responden que las expectativas a menudo superan las capacidades realistas. La influencia del estilo de vida, el entorno, el compromiso de entrenamiento y más enturbia la claridad predictiva que la genética por sí sola puede ofrecer. Si bien los genes importan, la pregunta es cuánto en comparación con estos otros elementos. Por ejemplo, la genética indicó que un investigador no destacaría en las carreras de velocidad, sin embargo, compitió con éxito en eventos de velocidad durante años. Incluso los saltadores de longitud olímpicos carecen del supuesto “gen del sprint”. Además, también puedes leer sobre- Diez formas de reducir el estrés este año.
También existen dudas sobre la validez de cómo las empresas interpretan las interacciones genéticas complejas. Los críticos señalan una tendencia a confiar en asociaciones observacionales en lugar de ensayos aleatorios que muestren vínculos causales claros. El consejo personalizado que se ofrece también suele ser vago y equivale esencialmente a “comer alimentos nutritivos y hacer ejercicio regularmente” para muchas personas, independientemente de las diferencias en el perfil de ADN.
No obstante, algunos ven potencial a largo plazo si la ciencia continúa avanzando. Argumentan que las pruebas genéticas, incluso hoy en día, todavía pueden ayudar a identificar fortalezas y debilidades relativas para enfatizar o mejorar. Sin embargo, la mayoría de los expertos instan a moderarse a la hora de dar demasiada importancia a los análisis genéticos actuales o dejar que dicten decisiones importantes en la vida: la participación de un niño en un deporte, por ejemplo. Por ahora, una mezcla de promesas e incertidumbre rodea a estas pruebas deportivas y de aptitud física basadas en el ADN. Su utilidad en el mundo real sigue siendo objeto de acalorados debates entre investigadores y consumidores que navegan en una industria en gran medida no regulada y en rápida expansión.
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